La conservación de matorrales y pajonales es esencial debido a su papel en la biodiversidad y en el mantenimiento de servicios ecosistémicos cruciales para la vida en los Andes peruanos.
Los matorrales y pajonales son hogar de especies vegetales y animales adaptadas a las condiciones extremas de alta montaña, muchas de las cuales son endémicas.
Estos ecosistemas actúan como barreras naturales contra la erosión del suelo, protegiendo las cuencas hidrográficas y asegurando la estabilidad del terreno.
Los matorrales y pajonales están gravemente amenazados por actividades humanas como la ganadería intensiva, la expansión agrícola, y las quemas. Estas prácticas han llevado a la degradación de estos ecosistemas, reduciendo su capacidad para soportar la biodiversidad y los servicios ecosistémicos que proporcionan. La sobreexplotación de estos terrenos ha resultado en una mayor erosión del suelo, pérdida de fertilidad y una disminución en la capacidad de retención de agua, afectando a las comunidades locales que dependen de estos recursos para la agricultura y el agua potable.
60%
de los matorrales y pajonales en Perú han sufrido algún grado de degradación debido a la ganadería y la agricultura. Estos ecosistemas pueden retener hasta un 40% más de agua que los suelos degradados, crucial para la recarga de acuíferos y el suministro de agua a las comunidades locales.